Dolores Silenciosos
El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir
La diabetes invade cuando la soledad duele
.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Son tus dolores callados los que hablan en tu cuerpo.
Dale expresión a lo que hay abajo de tus silencios, elegí con quién hablar, dónde, cuándo, cómo y compartí todo aquello que necesitas hablar.
Elegí alguien que te pueda ayudar a organizar las ideas, armonizar las sensaciones y recuperar la alegría.
Todos precisamos en algún momento ser escuchados, acompañados y comprendidos.
Todo depende, principalmente, de nuestra decisión y esfuerzo personal para hacer que sucedan los cambios favorables en la vida.
¿Qué vas a elegir?
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